SATANÁS emplea a
hombres y mujeres como agentes para inducir al pecado y hacerlo atractivo. A
estos agentes los educa fielmente para disfrazar el pecado a fin de poder
destruir con más éxito a las almas y despojar a Cristo de su gloria. Satanás es
el gran enemigo de Dios y del hombre. Se transforma por sus agentes en ángel de
luz. En las Escrituras es llamado destructor, acusador de los hermanos,
engañador, mentiroso, atormentador y homicida. Satanás tiene muchos servidores,
pero tiene más éxito cuando puede emplear a los que profesan ser cristianos
para realizar su obra satánica. Y cuanto mayor sea la influencia, más elevada
la posición, mayor conocimiento profesen de Dios y de su servicio, tanto mayor
será el éxito con que podrá emplearlos. Quienquiera que induzca a otro al
pecado es su agente.
SALVADOS DE LA
TENTACIÓN
Me dirijo a
nuestros hermanos. Si os acercáis a Jesús, y tratáis de adornar vuestra
profesión con una vida bien ordenada y una conversación piadosa, vuestros pies
serán guardados de extraviarse en sendas prohibidas. Si tan sólo queréis velar,
velar continuamente en oración, y tan sólo hacéis todo como si estuvieseis en
la presencia inmediata de Dios, seréis salvados de caer en la tentación, y
podréis esperar llevar hasta el fin una vida pura sin mancha ni contaminación.
Si mantenéis firme hasta el fin el principio de vuestra confianza, vuestros
caminos serán afirmados en Dios, y lo que la gracia empezó, lo coronará la
gloria en el reino de nuestro Dios. Los frutos del Espíritu son amor, gozo,
paz, longanimidad, benignidad, bondad, mansedumbre, templanza; contra tales
cosas no hay ley. Si Cristo está en nosotros, crucificaremos la carne con sus
afectos y concupiscencias. 26
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